La calesita despertó
Silvio Daniel Tejada tiene un niño más. No se sabe si habrá plantado un árbol, pero puede caminar por las calles sacando pecho: “Ya tengo mi libro”.
Su “Calesita Adormecida” (Ediciones Amerindia) empezó a rodar. El viernes, en Los Pioneros, la sacó de sus manos y gira por las casas.
En las imágenes de Tejada hay poesía. O hay poesía en las imágenes de Tejada, realizador, artista plástico, diseñador y ahora relator de historias. Eso hace en el libro de formato de bolsillo, cómodo y maleable, para meter en una mochila o en una cartera.
El cuento que lleva el nombre del libro, disparado a partir de personajes que acompañaron al escritor desde la infancia, conecta al lector desde el vamos, con una mecánica interesante en las que da vuelo a su imaginación con buena agilidad y sutil utilización de las metáforas. Rodolfo, los anteojos, Ramona, las estrellas... citas recurrentes de un grito de la realidad diaria de un argentino y una familia alejada de las vanidades.
Tejada parece subirse al caballo de la calesita y, a partir de ahí, en esa ruleta de animales y autitos postrados, abre el camino a su perfil. En las poesías, en formato prosa, busca un lugar existencial como ser de este bendito escenario.
En la estética del libro (cuidado hasta en eso por el propio protagonista) mucho tuvo que ver Griselda Carassay, con ilustraciones que son marca registrada e indeleble de la gran plástica pampeana.
Rosario Bléfari, presente en el lanzamiento, prologó el libro y Juan Ignacio De Pian, María Emilia Sapegno, Nadia Grandón y Francisco Bompadre, representaron Besos de Trompeta, un cuento dedicado a pared, una pared que Tejada se encargó ya de saltar en esta nueva página de su vida artística.
miércoles, 9 de abril de 2008
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